Educación y proyecto de vida
El ser humano transita por múltiples
etapas de desarrollo desde el momento mismo de su concepción hasta su
desaparición, afronta cada una según la madurez física, mental y emocional y se
replantea en ciertos momentos de la vida.
Los cambios que el individuo
experimente en su etapa más joven le ayudaran a cuestionarse y reinventarse
para el futuro haciéndolo tomar las decisiones que enrumbarán su existencia.
Este momento de crisis, como lo
llaman Alejos y Sandoval (Alejos & Sandoval, Septiembre-Diciembre de 2010)
se hace presente con mucha fuerza durante la adolescencia, etapa en la que el
joven se plantea las interrogantes más existencialistas a cerca de la vida y lo
que hará con ella, sin embargo, no siempre los estudiantes reciben las
orientaciones adecuadas al respecto, lo cual repercute directamente sobre la
sociedad y su transformación, pues si no se tienen claros los lineamientos de
vida, mal podrían tomarse decisiones capitales para un buen futuro, de ahí que
encontremos tantas jovencitas con embarazos no deseados, o asistiendo a clases
junto con sus bebes porque no tienen quien se los cuide, o los chicos que
terminan formando parte de grupos delincuenciales porque creen que con el
dinero que pueden obtener de actividades fraudulentas van a resolver su vida y la de sus familias, esto sucede porque no han
podido definir sus intereses y propósitos en la vida.
De ahí la importancia de que el
educador se forme, en un principio, en ver en retrospectiva su propia vida, sus
proyectos, planes y metas, quién es, y quién quiere ser, a fin de que pueda
luego tener la claridad mental, emocional y espiritual para orientar
oportunamente a sus estudiantes.
Ya Sócrates decía que quien enseñaba
debía ser portador de un alto ideal de vida, y tenía que formar a otros
conforme a ese proyecto, creando en el espíritu del discípulo las convicciones
de una vida honorable y virtuosa.
Hay que recordar, que los jóvenes son
bastante influenciables, y que de no tener un proyecto de vida claro, se
dejarán llevar por sus impulsos y por lo que cualquiera les diga, el síndrome
de la inmediatez o el presentismo
como se le ha llamado, vivir el ahora sin preocuparse por el futuro ni sus
consecuencias.
“La vida adquiere mayor sentido
cuando se vive con propósitos claros y sentido de contribución social…”
(Pacheco Rojas, 2009), según esta afirmación, aquella persona que no tenga
claro su propósito en la vida, que no se haya planteado metas y no tenga
aspiraciones transitará por la vida sin sentido de pertenencia ni un norte
claro, no se sentirá útil ni necesario, tampoco se comprometerá con nada ni con
nadie porque no tiene ningún tipo de carga social; pero si por el contrario, en
el estudiante ha nacido la inquietud de preguntarse quién es y qué quiere ser y
hacer con su vida, vivirá desde ese preciso instante en pro del logro de
pequeñas metas que lo enrumben hacia el propósito final.
El docente entonces debe estar atento
a los indicadores que muestren la presencia de dicha motivación en los
educandos, puesto que se mostrarán mas abiertos a recibir orientación durante
la construcción de su propósito de vida.
Pero antes de continuar es necesario
aclarar lo que es un proyecto de vida, y es este sentido Alejos y Sandoval lo
definen como (Alejos & Sandoval, 2010) “El proyecto de
vida, no es más que la organización y planificación individual de objetivos,
inquietudes, metas personales, considerando experiencias previas y alternativas
para transformar y disfrutar la vida.”, en tal sentido el proyecto de vida
representa una alternativa para plantearse metas reales a corto, mediano y
largo plazo.
Ahora bien, el problema se presenta
cuándo el docente quiere concienciar a sus estudiantes de la significatividad
de planear el rumbo de su vida, se ha dado en llamar a esta generación actual
como la generación sin conciencia debido a que los jóvenes que la
constituyen se interesan en vivir para el instante presente, como antes se
mencionó, e incluso pareciera no importarles mucho el futuro propio y menos el
del colectivo, de ahí entonces debe partir el docente que quiera asumir este
reto y línea de trabajo.
El Docente debe crear espacios en el
aula que propicien la reflexión en los adolescentes sobre la importancia de
accionar en la vida cotidiana inspirado en metas y un plan establecido que puedan aplicar
donde se desenvuelven, a fin de lograr la formación de un individuos capaces de
construir su propia visión de la sociedad, y los aportes que pueden dar desde
sus potencialidades como personas, pero esto solo será posible estableciendo su
propio plan de vida.
María de Jesús Martínez V. (Martínez V,
Mayo de 2008)
en el taller de actualización y “Orientación Vocacional, Proyecto de Vida y
Toma de Decisiones en Educación Secundaria”, propone una serie de etapas para
trabajar el proyecto de vida con estudiantes de secundaria entre los que se
mencionan el descubrir la orientación vocacional del joven dirigido a las áreas
como la profesional y laboral; etimológicamente la palabra vocación viene del latín vocativo que significa inspiración, así que la vocación será lo que
la persona siente como llamado o interés la capacidad de ser y sus
inclinaciones, dicha orientación es un
gran apoyo durante proceso de la toma de decisiones como parte de un proyecto
de vida, puesto que en ella se combinan las capacidades, potencialidades,
intereses y limitaciones, así como sus posibilidades existentes en el medio en
el que se desarrollan los estudiantes.
Esta orientación educativa constituye
el conjunto de conocimientos, teorías y principios de los procesos
Psicopedagógicos que fundamentan la planificación, el diseño, la aplicación y
evolución de las intervenciones dirigidas al desarrollo y al cambio positivo
del estudiante a lo largo de su vida y en casi todos los aspectos:
profesionales, emocionales y sociales. Este proceso ofrece al estudiante las
herramientas para que logre identificar y desarrollar sus intereses, aptitudes
y habilidades capacitándolo para su desarrollo futuro.
Según Castro Díaz, citado por Santana
y otros (Santana Vega, G., & L, 2012) , “…las metas u
objetivos que se plantea una persona en un determinado contexto y a una
determinada edad, influyen en el proyecto de vida que llevará a cabo en un
futuro próximo; asimismo el grado de satisfacción en diferentes áreas vitales
estará modulado por el planteamiento de los objetivos de vida.”, éste debe
comenzar a formarse desde la etapa escolar secundaria, en plena adolescencia,
sin embargo ha de entenderse que la madurez y la cosmovisión del joven no
siempre es la más idónea para planear
su vida a largo plazo por lo cual es recomendable que su plan de vida sea
constantemente revisado definiendo una meta, identificando los recursos que
necesita y de los cuales dispone, establecer prioridades, ver los pros y los
contras, aprender de sus propios errores y de los de terceros, e ir ajustando
todo esto a medida que el estudiante va escalando en su formación escolar.
En definitiva, queda de parte de los
profesionales de la docencia asumir el reto y la labor de encaminar a los
futuros profesionales, hombres y mujeres de nuestra sociedad de forma proactiva
e igualitaria de modo que tengamos un mundo más sano, enriquecido en valores, a
la estatura de los modelos clásicos como Sócrates y Platón, personas que tengan
un ideal de vida que vaya más allá de lo puramente material.
Por: Alexandra Petrovic J.
Bibliografía
Alejos, Y., & Sandoval, E. (2010). Sicnificatividad
del proyecto de vida en el estudiante de educación. Educare, 123-134.
Martínez V, M. d. (Mayo
de 2008). Taller breve de Actualización. Orientación Vocacional, Proyecto
de Vida y Toma de Decisiones en Educación Secundaria, (págs. 123-134).
Jalisco, México.
Santana Vega, L. E.,
G., L. F., & L, A. S. (2012). Análisis del Proyecto de Vida del Alumnado
de Educación Secundaria. REOP, Vol. 23, N° 1, 26-38.
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