Como lluvia entre mis dedos
fue tu historia y la mía,
fugaz, indescifrable, irrepetible,
tan anhelada y corta, como la brizna
matutina.
Una historia de esas por las que todas
suspiran,
un sueño hecho realidad,
que muere con la llegada del día
y con el nuevo despertar.
Imborrable recuerdo
del amor ausente,
que aunque vive el sentimiento
ya no puede estar presente,
salvo en el revoloteo constante
de la inquieta mente,
que se rehúsa a olvidar
lo que entre los dedos
se fugó derrepente...
Alexandra Petrovic Jiménez.
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