"¿Habrá alguna idea que merezca no ser pensada de nuevo?"
Elías Canetti
Algunos viven en una eterna inconformidad con sus vidas porque anhelaron ser algo más, la mayoría de las personas desean vivir vidas diferentes a las suyas, bueno ese no era mi caso, yo vivía la vida tranquila y normal de una chica de diecinueve años que se dedicaba a estudiar y a hacer lo que se supone hacemos las jóvenes de nuestra edad, no estaba deseando vivir de otra forma salvo forjarme un futuro como todo el mundo quiere hacerlo, incluso no había siquiera hecho el esfuerzo por irme a vivir sola porque disfruto mucho de la compañía de mi padre, estaba feliz con mi vida y no quería otra, sin embargo hay cosas que uno no elige, que han sido así desde siempre aunque no las sepamos y que en algún momento han de salir a la luz para desequilibrar tu apacible existencia, eso es lo que me ocurrió a mí, después de pensar que ciertas situaciones solo eran posibles en mundos imaginarios, vine a enterarme que la idea de "imaginario" es bastante discutible.
¿Qué es lo real?, ¿alguien puede definir con exactitud esa idea?, ¿no será que hay algo más que ver y conocer que solo lo que nuestros sentidos son capaces de captar? Y ¿qué es el ser, y el tiempo, y la materia, y la muerte, y la cosa, y lo que sea?, estas preguntas se han tratado de responder una y otra vez por los grandes genios del pensamiento pero, ¿realmente alguien ha dado en el clavo con la respuesta?
Nunca antes me vi en la necesidad de hacerme preguntas existenciales salvo en las clases de filosofía y eso porque tenía que aprobar, pero ahora después de todo lo que he pasado y lo que me falta por pelear no hay nada más claro en mi vida que el preguntarme a diario ¿quién soy, en donde estoy y que es lo que se espera de mí que yo haga?, y para que puedan entenderme, voy a contarles parte de mi vida, aquella parte en donde todo en lo que yo creía dejó de ser, o mejor dicho, en donde creí en lo que siempre había sido.
Alexandra Petrovic J.
La estructura de tu reflexivo y ciertamente muy profundo prólogo, es muy buena, pues hablar de tu adolescencia, tus preguntas e inquietudes filosóficas, hasta llegar a proponerle al lector conocer parte tu vida, demuestra mucha frescura y autenticidad de tu parte, y seguro dejará a todo aquel que se acerque a tu novela, con las francas expectativas de leerte. Felicitaciones por ello, pasaré a leer tu novela, Alexandra.
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